Cuatro casos de riesgos financieros
Una vez puesta en marcha la desescalada del estado de alarma, tras el aislamiento obligatorio impuesto como medida sanitaria para evitar la COVID-19, el trabajo continúa y toca actualizar las relaciones comerciales que se paralizaron por varios meses.
Ante la incertidumbre que continúa inundando el mercado, se espera que la desescalada afecte positivamente al consumo generando ingresos tras más de dos meses de entumecimiento comercial, sin embargo, no se deben obviar los riesgos que sufren la mayoría de las empresas ante la nueva situación del mercado.
Riesgo de mercado
El riesgo de mercado engloba a la probabilidad de obtener un resultado inesperado de los activos empresariales debido a las variaciones y fluctuaciones en el mercado. Por ello, es necesario conocer la situación de estos activos ante situaciones adversas, reconociendo el precio de las mercancías, los precios de las acciones, el tipo de interés, y el posicionamiento y aceptación del producto como factores de variación en la actividad empresarial.
Sin embargo, en la situación actual del mercado, en el que la indecisión diaria invade todo tipo de relación comercial, las empresas deben de establecer herramientas de contingencia a fin de minimizar las consecuencias de tal inesperado resultado.
Junto a ello, cabe destacar que el riesgo de mercado evade directamente los efectos de las decisiones políticas, ya que se origina en unas características de libre mercado. Esto no quiere decir que las decisiones gubernamentales no puedan afectar de manera indirecta a los activos de la empresa.
Riesgo de crédito
La salud financiera de una empresa depende en gran parte del proceso de cobro organizado sumado al cumplimiento de los compromisos de pagos. Es por ello que el riesgo de crédito es uno de los más presentes en la actual recesión, ya que es la probabilidad de sufrir un resultado inesperado como consecuencia del incumplimiento de pago.
Cabe destacar, según Atlax de Axesor, la disminución de la facturación entre empresas españolas B2B en un 33,47% en el mes de abril con respecto al mismo periodo del pasado año, siendo este el mes más damnificado debido en gran parte a la paralización de las relaciones comerciales por la Covid-19.
Frente a esto, la indecisión existente en el mercado pone a prueba las medidas llevadas a cabo por las empresas como la digitalización de los departamentos financieros y el control de los indicadores de riesgo, para estar preparados ante cualquier amenaza que se genere en el mercado.
Riesgo de liquidez
Seguido de esto, la liquidez de una empresa es necesaria ante cualquier imprevisto en el mercado, convirtiéndose en una solución ante la cancelación de cualquier ingreso esperado. De esta forma, el riesgo de liquidez está definido como la capacidad de desarrollar las operaciones comerciales a corto plazo.
Este riesgo es protagonista en los sectores de la hostelería y el transporte por la necesidad primaria de la demanda y la contención de ésta, seguido de su limitada recuperación. Esto hace pensar a las empresas en la resiliencia, la implantación del teletrabajo generalizado y la reinvención de las relaciones comerciales mantenidas hasta el día de hoy.
Sin embargo, este riesgo no debe confundirse con el riesgo de solvencia, ya que el primero es coyuntural, debido a un gran número de inversiones realizadas, mientras que el segundo es una dificultad estructural para afrontar las obligaciones con sus patrimonios.
Otros riesgos
A diferencia de los riesgos anteriormente descritos, los riesgos operacionales son aquellos producidos por errores o fallos humanos, fallos en los sistemas o acontecimientos externos que pueden provocar pérdidas. Junto a este, el riesgo legal, estratégico y reputacional forman el grupo de riesgos denominados como no cuantificables, ya que no se pueden medir de forma precisa.
Seguido de esto, al no ser cuantificables, la necesidad de conocer en todo momento las inversiones empresariales, cómo trabajan los empleados, la imagen externa que tiene la empresa y el cumplimiento de los objetivos es casi obligatoria para poder reaccionar a tiempo ante las amenazas que sufren las relaciones comerciales por las inesperadas fluctuaciones del mercado.
Por ello, la posibilidad de usar el conocimiento de la información para poder reducir el impacto de éstos en las compañías existe, en base al uso de su medida y refuerzo de las infraestructuras interempresariales. Sin embargo, las decisiones gubernamentales juegan un papel importantísimo para facilitar a las entidades, pudiendo esquivar las dificultades que se presentan en el mercado.
Con todo ello, una vez descritos los riesgos que pueden irrumpir en las empresas, la necesidad de digitalizar los departamentos facilita y reduce los costes que se pueden generar debido a imprevistos, a corto y sobre todo a largo plazo, siendo a veces minúsculo el tiempo de reacción para poder tomar decisiones que afecten al futuro de la compañía.