La sociedad en general y las empresas en particular viven tiempos de incertidumbre financiera. En este sentido, los directores financieros tienen ante sí el reto de hacerle frente con todas las herramientas a su alcance. La Planificación, la gestión de riesgos y la adopción de nuevas tecnologías son solo algunas de las claves que pueden ayudarles a mantener o mejorar la posición de sus negocios en el mercado.
A más incertidumbre más necesidad de planificación
Hace tan solo dos años, la inteligencia artificial y el trabajo remoto eran conceptos que se usaban con relativa poca frecuencia en las áreas económicas de las organizaciones empresariales. En la actualidad, aquellas que no incorporen las nuevas formas de trabajo y la tecnología en los departamentos financieros tienen muchas posibilidades de quedarse rezagadas. ¿Qué nos depara la economía del futuro? ¿Cómo pueden prepararse las empresas?
Principales áreas de actuación del CFO en tiempos de incertidumbre
Uno de los muchos temas que ha puesto de manifiesto la pandemia ha sido la creciente importancia de los directores financieros y de su capacidad para dar una adecuada respuesta ante el cambio.
Estos directivos, ahora más que nunca, tienen que entender las formas de crear valor, impulsar el rendimiento y generar un crecimiento rentable y sostenido, además de incluir políticas de reducción de costes y buscar nuevas formas de incrementar los ingresos. Por todo ello, deben asumir un papel más activo en las operaciones empresariales. ¿Cómo lo consiguen?
1. Planificación y gestión de riesgos
La planificación y la gestión de los riesgos es ahora más necesaria que nunca. Se trata de minimizar las amenazas o riesgos negativos y aprovechar las oportunidades con todo su potencial.
Para ello, hay que tener en cuenta el grado de incertidumbre en los mercados, la probabilidad de ocurrencia y calcular el impacto que la aparición del riesgo supondría para el negocio, lo que se denomina el coste incremental.El director financiero debe tener en cuenta todos los escenarios posibles, para reaccionar de forma ágil en el caso de que ocurran.
2. Mayor accesibilidad a los datos
Un CFO preparado cuenta con los recursos necesarios para disponer de datos útiles en todo momento, aunque siempre habrá información inexacta o prescindible. Por eso, unos mecanismos de recopilación y análisis de datos precisos y medibles resultan decisivos para realizar su labor de forma eficaz.
Con todo ese conocimiento, será capaz de llevar a cabo una planificación comercial más dinámica para responder a los cambios y, en caso de que fuera necesario, corregir el rumbo. Y no solo eso, gracias a esa accesibilidad a los datos, el director financiero puede comprender mejor el impacto en los ingresos y los gastos, por ejemplo, ¿están pagando a tiempo los clientes?, ¿cuántos de ellos no lo están haciendo?, ¿qué consecuencias tiene eso para la empresa?, ¿qué contratos de proveedores deben renegociarse en función de los cambios en la demanda?
3. Adopción de nuevas tecnologías
Mantener la competitividad en términos tecnológicos es fundamental en los departamentos financieros. La falta de tecnología y de innovación puede tener consecuencias graves para los negocios. Los que ahora se quedan atrás debido a ineficiencias operativas y sistemas obsoletos podrían verse relegados para siempre un espacio residual en el mercado.
El hecho es que las organizaciones que aprovechan antes las nuevas tecnologías, pueden escalar mucho más rápido y asegurar su posición en el mercado. Son las primeras las que se benefician de las mayores oportunidades de rentabilidad. Aplicaciones y programas informáticos para la gestión, el análisis de datos y la seguridad de los sistemas son básicos para obtener unos buenos resultados.
4. Desarrollo de nuevas habilidades
Al hilo de lo anterior, la adopción de nuevos recursos tecnológicos puede requerir el desarrollo de nuevas habilidades. El CFO tiene la responsabilidad de conocer todo el conjunto de herramientas tecnológicas disponibles para mejorar el trabajo de su departamento. Además de usarlas, tendrá que actuar como referente en la implantación de los nuevos esquemas de trabajo en la organización. En estos casos, el proceso debe ser activo y participativo, tratando de implicar a todos los miembros de los equipos.
A esas habilidades técnicas, directivas y de liderazgo, el director financiero debe incorporar la capacidad para equilibrar el proceso de transición entre los modelos clásicos de trabajo y los sistemas que se van imponiendo y que están ligados a las nuevas tecnologías.
En esta fase de incertidumbre financiera y gran volatilidad, los directores financieros juegan un papel decisivo y cada vez más importante en las organizaciones. Esto implica estar más preparados que nunca para enfrentarnos a cualquier desafío y cambio que se nos presente.