Contar con el mejor asesoramiento posible es el sueño de toda compañía. Para que este se cumpla, un Credit Manager debe trazar unos planes de negocio en base a la estrategia empresarial además de conocer perfectamente su mercado ya sus clientes. Desgraciadamente, menos de la mitad de las empresas cuentan con información o uso de las metodologías necesarias para realizar una buena gestión, siendo las PYMES más reacias al cambio.
Sin embargo, no sólo es importante la presencia de un Credit Manager para crecer, sino para poder subsistir, manteniendo el control de sus finanzas y marcando la mejor estrategia posible, profesionalizando de este modo la gestión financiera de la empresa, y estableciendo un cuadro de mandos, en el cual se pueda observar la situación financiera actualizada de la empresa. Junto a esto, es importante organizar un canal de cobro y pago, con el fin de controlar y gestionar cualquier estrangulamiento en la tesorería, evitando que limite su crecimiento. Por último y no menos importante, deben buscar una financiación adecuada a sus planes y proyectos, sin descuidar la mora de sus clientes.
Teniendo en cuenta lo anterior, no hay que focalizarse únicamente en la estructura financiera de la empresa, sino todo lo contrario, ésta debe acompañar al objetivo de la compañía formando parte de su estrategia. Para lograrlo, es necesario abordar varios objetivos como el trazado de un plan a medio o largo plazo con el fin de eliminar las incertidumbres, permitiendo una expansión empresarial, acompañado de un análisis de las ratios que realizan sobre nuestra empresa con el fin de delimitar nuestras decisiones y tener en cuenta el cálculo de las necesidades financieras, desde un punto realista y optimizado.
Junto a esto, cabe destacar que toda empresa en el mercado sufre amenazas, éstas se reducen con el uso dela gestión de riesgo, la cual está destinada a proteger a la compañía, generar valor y a aumentar su competitividad. Por ello, la importancia de ésta es esencial para poder evitar las amenazas, los obstáculos para alcanzar los objetivos empresariales, la anulación de cualquier tipo de proactividad, las ineficiencias en la asignación de recursos y el freno a la capacidad de transformación empresarial que impacten negativamente en el funcionamiento de la compañía.
Se pueden diferenciar dos tipos de riesgos:
Los riesgos externos se concentran en el riesgo de emprender un negocio. Para minimizarlos, la compañía debe centrarse en las etapas alcistas, implementando estrategias que proporcionen estabilidad financiera. También es necesario manejar los canales de distribución y nuevos productos para evitar el riesgo empresarial, sin olvidar la profundidad del riesgo en el país y la localización de la actividad empresarial.
Con respecto a los riesgos internos, están centrados en la dependencia en las ventas en la que la especialización en un cliente acota la comercialización de la entidad. Para ello, la ausencia de diversificación de actividades impide que se compense una caída de las ventas. Teniendo en cuenta que un mal control de los fallos ocasiona un aumento en costes, junto a que la dependencia de un único proveedor reduce las soluciones ante cualquier imprevisto y la ausencia de liquidez conlleva un estrangulamiento financiero difícil de solventar.
Por último, la optimización de la gestión, en especial, la gestión del riesgo de créditodetermina la financiación de toda compañía para poder completar sus objetivos, siendo imprescindible su acotación, control y gestión eficiente. Entre todos los riesgos de crédito se pueden diferenciar el riesgo de impago, referente a la posibilidad de incurrir en una pérdida, el riesgo de migración, fruto de un cambio en la clasificación crediticia, y el riesgo de exposición, referido a los futuros pagos y depende de la evolución del mercado.
La minimización del riesgo de crédito es tan importante como el análisis predictivo a clientes y proveedores, ya que, un fracaso comercial de éstos puede dificultar nuestra estrategia financiera. Son esos análisis predictivos los que destacan las relaciones comerciales seguras, ofrecen recomendaciones sobre el límite de crédito y sugieren las condiciones óptimas para trabajar con otra compañía. Todo esto implementándose con ciertas prácticas como la agrupación por sectores o diferenciación de las compañías por tipo de actividad, agregación de datos relacionados directamente con la fiabilidad del análisis y observación la viabilidad de las empresas con las que estamos relacionadas.