En el mercado B2B, casi la totalidad de las operaciones se realizan a crédito, una modalidad que ayuda a incrementar ventas y fortalecer relaciones comerciales. En ese sentido, es indispensable contar con sistemas de evaluación de riesgo de crédito, entendiendo este concepto como la posibilidad de que el cliente no cumpla con las obligaciones de pago en tiempo, forma y cuantía acordados.
Esta modalidad cobra especial relevancia en un contexto como el actual, en el que la pandemia de COVID-19 ha impactado fuertemente tanto en la economía mundial como local. Así, fortalecer el sistema de ventas a crédito – junto con el otorgamiento de préstamos- pueden ser claves para fortalecer el entramado productivo y, con ello, proteger empleos y la estabilidad del sistema económico.
¿Cuáles son los tipos de riesgo de crédito?
A grandes rasgos, podemos identificar cuatro tipos:
- Riesgo de impago. Alude a que la contraparte de la operación no paga en la fecha acordada. Al respecto, debemos considerar que, en 2019, la morosidad alcanzó el 3,1% de la facturación total de las empresas españolas.
- Riesgo de exposición. Se refiere a la incertidumbre sobre los pagos futuros del cliente, y está asociada a la actitud del deudor o a las variables del mercado.
- Riesgo de colateral o de la tasa de recuperación. Depende las garantías de deuda existentes.
- Riesgo de concentración. Surge cuando se entregan montos excesivos a pocos deudores, aumentando las pérdidas en caso de que se presenten morosidades.
Cuando contamos con sistemas de evaluación del riesgo de crédito podemos evitar caer en falta de liquidez para soportar la continuidad de las operaciones, detenemos el incremento de los costes financieros, tenemos certeza de la posibilidad de realizar nuevas inversiones y, lo más importante, podemos reducir considerablemente la pérdida de ingresos.
Además, si consideramos que el incremento en el riesgo asociado a las ventas financiadas a empresas insolventes aumenta las probabilidades de una crisis económica nacional grave, saber cómo se mide el riesgo de crédito y cómo reducirlo al mínimo es clave para superar el delicado momento actual producto de la pandemia de COVID-19.
¿Cómo reducir el riesgo de crédito?
Para disminuir las probabilidades de sufrir pérdidas tenemos que implementar una adecuada gestión del riesgo de crédito, es decir, aplicar sistemáticamente políticas y procedimientos para analizar, evaluar y controlar las ventas a crédito.
Existen numerosas herramientas en el mercado que nos facilitan estas labores, como por ejemplo la plataforma cloud Axesor 360 que permitirá a su empresa optimizar su gestión y mejorar sus resultados.
Esta herramienta implica el establecimiento de modelos de riesgo de crédito que consideren la naturaleza, tamaño y complejidad de las operaciones, sin obviar el contexto comercial en el que opera la empresa. Hablamos de esquemas que consideren algunos de los principales índices de evaluación para conocer el nivel de riesgo que supone determinada operación. En ese sentido, para saber cómo se mide el riesgo de crédito debemos considerar indicadores como:
1. Índice de Comportamiento en Pagos (ICP)
Nos permite saber cómo y en qué grado un deudor está afrontando el pago de sus obligaciones en tiempo y forma.
2. Límite de Crédito (LC)
Determina el importe monetario máximo a conceder a un deudor en un momento determinado con un nivel de riesgo asociado.
3. Riesgo Inmediato de Impago (RIIM)
Establece la probabilidad de incumplimiento en el pago de facturas a 90 días o menos.
En un mercado cada vez más digitalizado, es clave que efectuemos la gestión del riesgo de crédito apoyándonos en tecnologías de vanguardia como la Inteligencia Artificial (IA) y el Machine Learning, las cuales reducen significativamente el tiempo y recursos invertidos en el procesamiento de datos.
Además, gracias a la utilización de algoritmos de Machine Learning y a la aplicación de la analítica predictiva, es posible establecer modelos predictivos de gran precisión, permitiéndonos anticipar el nivel de morosidad en que pueden incurrir los potenciales clientes.
Entendiendo la necesidad de reducir el riesgo crediticio, nuestra recomendación es siempre apoyarse en herramientas de vanguardia que permitan establecer predicciones acertadas con base en datos reales y consistentes.