Los últimos acontecimientos han demostrado la vulnerabilidad de la mayoría delos negocios frente a cambios y catástrofes que suceden en la sociedad. Esto sugiere un mensaje claro: las empresas han de saber que el camino va a ser duro y que, más de una vez, tendrán que reinventarse para poder continuar.
Esa capacidad para salir adelante, a pesar de haber sufrido una situación complicada, se conoce como resiliencia. Y al tener la tecnología como aliada para esa reinvención, el concepto de empresas resilientes va unido a todo lo digital.
En este sentido, es importante destacar que no solo los acontecimientos externos influyen en el devenir de un negocio, sino que también es vulnerable a problemas internos, algunos de ellos derivados de la propia digitalización. Un ejemplo de ello son los ciberataques, que cada día son más sofisticados. Por eso, una buena estrategia de seguridad informática proactiva no puede faltar en una empresa resiliente.
Cómo obtenerla en las empresas
Quizás se pregunte si su empresa se puede convertir en resiliente. Por supuesto que sí, pero hay que trabajar en ello. Como no podía ser de otra manera, lo primero que debe hacer un negocio es transformarse digitalmente. Hoy en día, este paso resulta imprescindible para seguir siendo competitivos.
Pero la transformación digital es algo más que contar con la tecnología, es sumergirse de lleno en los nuevos procesos y entender que la forma de trabajar ha cambiado. Se trata de un proceso que involucra a todo el equipo, incluidos los cargos más altos. Sabiendo esto, es necesario hacer un profundo análisis dela situación y que la plantilla logre comprometerse con:
- Conocer los nuevos hábitos de consumo, especialmente los de sus clientes.
- Saber qué necesita el usuario y cómo quiere consumirlo.
- Identificar el potencial de compra de los clientes.
- Saber cómo de efectivas son las acciones de la empresa para vender.
Aprovechando que las nuevas tecnologías están muy relacionadas con el almacenamiento de datos, puede sacar unas conclusiones muy interesantes sobre el mercado y la competencia. De esta manera, no solo tendrá una visión más clara dela situación de su empresa, sino también sobre qué está haciendo la competencia. Por otro lado, será mucho más consciente de sus puntos fuertes.
Toda esta información es muy útil de cara a una situación de emergencia. Un empresario previsor sabrá que, en época de vacas flacas, es necesario contar con esos recursos y conocimientos que ha estado almacenando. Por tanto, una estrategia resiliente es aquella que cuenta con estrategias flexibles y la información adecuada para tomar mejores decisiones, siempre con la ayuda de la tecnología.
Beneficios
Una empresa resiliente no solamente obtiene beneficios en tiempos difíciles. También puede cosechar éxitos en los buenos momentos gracias a una buena gestión, al uso de las tecnologías en su provecho y a un mayor conocimiento delos clientes.
Además de estos beneficios generales, las empresas pueden encontrarse con otras interesantes ventajas.
Menos errores y gastos en los procesos
Invertir en tecnologías de automatización de tareas hace que los errores humanos desaparezcan. A su vez, es posible emplear este talento en actividades que den mayor valor, como, por ejemplo, la aplicación de estrategias, las relaciones personales con clientes y proveedores, la identificación de oportunidades, etc.
Todo lo anterior proporciona otras ventajas y, sin duda, una de las más importantes es el ahorro de costes. Los errores en los procedimientos cuestan dinero a la empresa, por lo que, al eliminarlos, también se reducen los gastos innecesarios.
Nuevas oportunidades de negocio
Muchas empresas tradicionales creen que no pueden reinventarse y que están tan especializadas que es difícil cambiar. Si bien puede resultar un proceso complejo, no es imposible cambiar de actividad o modificar la existente si ésta ya no funciona. En cualquier caso, la fundamental es el cambio de actitud y mentalidad.
Con un conocimiento profundo de los recursos tecnológicos, un negocio puede adoptar ciertas medidas en época de crisis. Entre ellas, encontrar proveedores aún menor coste, aceptar y firmar acuerdos sin desplazamientos o aumentar su zona de cobertura comercial. Con un completo análisis de los datos, también tiene la posibilidad de identificar nuevas necesidades o conocer mejor los huecos que deja el mercado.
En definitiva, la resiliencia digital tiene mucho que ver con el equipamiento tecnológico y la transformación cultural de una empresa. Seguir una estrategia basada en este principio le ayudará tanto en tiempos difíciles como en épocas de bonanza económica.
