La utilidad de contar con un rating

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Generalmente, los ratings se asocian a un bono u otro tipo de emisión de deuda, formando parte de todos los trámites que una empresa debe cumplir cuando se dispone a desarrollar una estrategia de financiación apelando a inversores institucionales. Sin embargo, la utilidad de los ratings no se limita exclusivamente a este ámbito y va mucho más allá. Se trata de una calificación que evalúa la solvencia y capacidad de un ente (público o privado) para atender sus compromisos financieros; es todo un ejercicio de transparencia empresarial que aporta sustanciales ventajas, que abordaremos a continuación.

Una nueva filosofía operativa

Para empezar, un rating provoca cambios en la compañía calificada, ya que introduce una nueva filosofía operativa basada en la transparencia, la disciplina financiera y un estricto control del riesgo. Esto supone una transformación de calado en el ADN de la empresa y abre la puerta a otros beneficios muy relevantes.

Mayor acceso a fuentes de financiación

Por ejemplo, permite acceder con mayor facilidad a fuentes privadas de financiación, no solo al mercado de capitales, sino también a otras fórmulas como el direct lending, o incluso las propias entidades financieras. De cara al potencial prestamista, permite que éste pueda evaluar en qué situación está la empresa en relación a los parámetros de riesgo que dicho prestamista está dispuesto a asumir y de cara a la empresa, el rating, le sirve de aval para negociar unas mejores condiciones crediticias.

Transparencia en la relación con los stakeholders

De igual modo, el informe de rating aporta transparencia de cara a los principales stakeholders, como son los clientes estratégicos, los accionistas, los proveedores clave o los inversores, lo que conduce a un mejor posicionamiento de la empresa.

Herramienta para el equipo directivo

Y, directamente relacionado con esto, el equipo directivo de la empresa cuenta con una herramienta externa que evalúa permanentemente su gestión de una forma objetiva y exigente, y su impacto en la viabilidad y solvencia de la empresa.

Un aliado en las estrategias de internacionalización

Por otra parte, es habitual que en los procesos internacionales de licitación se exija un rating a las empresas que compiten, con lo que la calificación es una herramienta que puede marcar la diferencia de ganar o perder un contrato. Y es que contar con un rating emitido por una agencia autorizada es una excelente tarjeta de presentación a la hora de entrar en nuevos mercados.

Ayuda a fijar el precio de una emisión

Ni qué decir tiene que, en una emisión de deuda, el rating es un elemento que ayudará a inversores y a la propia entidad emisora a fijar el precio más adecuado a dicha emisión. Asimismo, para el sector financiero es una herramienta necesaria para emitir títulos que luego se emplearán como colaterales para obtener financiación en instituciones como los bancos centrales.

En definitiva, un rating es un examen exhaustivo, que pone al descubierto las fortalezas y vulnerabilidades de la empresa sometida a evaluación. En este examen, entra en juego el análisis de elementos que están vinculados entre sí, como son la capacidad de generación de caja; la composición de la cartera de negocio; el margen de resultados; el grado de diversificación geográfica y operativa; el nivel de dependencia de un determinado mercado o unidad de negocio; el posicionamiento competitivo y su capacidad de influencia en el mercado; el perfil y composición del endeudamiento; la estructura del calendario de vencimientos; la relación de la deuda con el nivel de ventas, beneficios y patrimonio neto; así como la capacidad de resistencia ante diversos escenarios de estrés, entre otros factores. Se trata, pues, de un profundo ejercicio de transparencia empresarial, pero que proporcionan unos réditos que elevan a la empresa calificada a un nuevo nivel de gestión.

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