Buenas prácticas de un CFO para la agilidad organizacional

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Los directivos tienen clara la importancia de crear un modelo de negocio adaptable, sin embargo, el Informe de Business Agility realizado por el Business Agility Institute afirma que el promedio de madurez en agilidad empresarial de las empresas está muy por debajo de las calificaciones mínimas favorables, situándose en un 4.4 sobre 10.

Hubo un tiempo en el que las empresas operaban en un entorno más predecible, y la mejor práctica para los CFOs y sus equipos era utilizar datos históricos con el fin de prever lo que ocurriría en el futuro. Pero en la actualidad,las organizaciones están cada vez más orientadas a los datos, cuyo volumen y velocidad de procesamiento aumenta cada día que pasa.

En este contexto de cambios en los procesos y debido al notable aumento de la influencia de los directores financieros dentro de las organizaciones, son ellos quienes asumen la responsabilidad de convertir esos datos e ideas para una mejor y más oportuna toma de decisiones. Para lograrlo, entre sus funciones ha surgido la necesidad de dotar a sus organizaciones de las habilidades y la tecnología analítica necesarias para planificar de forma continua. En otras palabras, para operar con agilidad.

La cultura de agilidad puede comenzar en el departamento de finanzas

La agilidad implica algo más que la mejora de los procesos. También se trata de equipar a los trabajadores con las habilidades, la mentalidad y las herramientas que les permitan pensar y actuar de forma ágil. ¿Cómo conseguirlo?Interpretando y actuando sobre las predicciones, analizando y visualizando los datos, en definitiva, democratizándola información. En este sentido, en el futuro veremos cómo las potentes herramientas de planificación tomarán estas capacidades antes especializadas y las democratizan para que las personas de toda la organización puedan poner en práctica estas habilidades en otros departamentos funcionales, como es el caso de las metodologías Agile.

Los equipos de finanzas del futuro incluso pensarán de forma diferente a como lo hacen hoy. Según la Encuesta Mundial: “Agilidad organizativa y crecimiento digital” de Workday, uno de cada tres líderes de finanzas afirma que buscará contratar y desarrollar trabajadores que posean la capacidad de identificar y gestionar el riesgo. Uno de cada cuatro buscará empleados que demuestren la habilidad cognitiva necesaria para enfrentarse al cambio constante, y que puedan producir ideas creativas y utilizar el pensamiento lateral para resolver problemas y hacer crecer el negocio.

Cinco buenas prácticas para una organización ágil

A continuación, detallamos cinco buenas prácticas que otorgarán a los CFO una forma ágil de operar con éxito su negocio:

  1. Planificación continua y en tiempo real. Esta práctica proporciona la velocidad, agilidad y dinamismo necesaria para innovar con éxito y reaccionar rápidamente ante los cambios. En un mundo tan cambiante como el actual, las empresas no pueden esperar 12 meses para descubrir si el método empleado está dando resultados.
  2. Estructuras y procesos fluidos. Los CFO deben poseer una agilidad organizativa para ajustar rápidamente sus activos más importantes: las personas y los recursos financieros. Solo así, dejando a un lado las estructuras rígidas, el departamento podrá adaptarse a los cambios en los planes de negocio.
  3. Construir la fuerza de trabajo del futuro. Es fundamental para cualquier director financiero tener planes para mejorar las competencias de su plantilla e impulsar el compromiso de los empleados. Muchas organizaciones han descubierto que grandes proporciones de sus ingresos recientes están directamente relacionadas con áreas de habilidades que no existían hace cinco años. Las competencias cambian constantemente, y para que un equipo no se quede atrás, debe desarrollar nuevas habilidades.
  4. Tomar decisiones con una correcta información. Es importante que todo el personal que trabaja en una empresa pueda disponer de la información adecuada en el momento oportuno para tomar las mejores decisiones posibles para la empresa. En este caso, como en cualquier otro departamento, el CFO debe garantizar la transparencia en los datos que cada empleado necesite para realizar sus funciones.
  5. Medición y orientación. La agilidad y la rapidez dependen de una medición y un control sólidos, precisos y oportunos. Las empresas necesitan saber rápidamente si un nuevo producto o servicio está funcionando bien o si sucede lo contrario, lo que indica que pueden ser necesarias las prácticas anteriormente citadas. También es importante mencionar que muy posiblemente, sea necesario actualizar las métricas cada cierto tiempo para comprender realmente el impacto de la estrategia llevada a cabo en el departamento u organización.

Lo que es seguro es que las empresas de hoy en día deben aprovechar sabiamente a sus empleados para cumplir con la transformación digital y las oportunidades de crecimiento que trae consigo, y todos los directivos han de moverse en la misma dirección para liderar este esfuerzo. Lo más importante es que el camino hacia la agilidad sea continuo. Quienes planifiquen de forma continua, construyan departamentos u organizaciones adaptables y fluidas, mejoren las competencias, informen y capaciten a sus trabajadores, y establezcan la medición y la orientación adecuadas, estarán mejor posicionados para aprovechar la innovación continua, aumentar sus ingresos y preparar su negocio para el futuro.

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